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Atención integral en El Salvador: ¿justo para las grandes mayorías?

El maltrato, la estigmatización, la discriminación y la violación a sus derechos humanos son retos que enfrentan día a día las personas que viven con VIH en El Salvador, específicamente en los departamentos de La Unión y Morazán, al acudir a los servicios de salud.

Hace muchos años atrás, hablar de atención integral de la salud de las personas viviendo con VIH en El Salvador era como hablar de un sueño… Con el paso del tiempo se lograron avances significativos en cuanto a tratamiento y leyes que respaldan a quienes viven con el virus. Sin embargo, la atención integral de esta población en la red de hospitales nacionales es un tema todavía postergado.

Las autoridades del Ministerio de Salud a través del Programa de ITS/VIH-SIDA deberían velar porque en los hospitales se brinde una atención de calidad, sin prejuicios y sin ningún tipo de discriminación hacia las personas que viven con VIH. Sin embargo, todo parece indicar que el famoso “Programa de Atención Integral para personas con VIH” es una completa mentira.

En un hospital en el que las personas con VIH son atendidas en un “consultorio” que está a la par de un servicio sanitario, donde las alcantarillas de aguas servidas pasan justo por debajo y tanto médicos como usuarios deben soportan el mal olor… ¿puede brindarse atención integral? Esto sucede en el Hospital Nacional de La Unión, en el departamento homónimo que se encuentra a 184 kilómetros de la capital salvadoreña. “A nosotros no nos prestan atención los señores del Ministerio de Salud porque no vivimos en la capital”, señala un usuario del hospital, quien además comenta que “El consultorio es también banco de sangre y bodega; al menos ya no nos mandan a la morgue para que nos reunamos.”

Qué distinto resulta ver en la televisión que todo va de maravillas, que en El Salvador somos un ejemplo en la respuesta al VIH, que se logró esto y lo otro… Parece una historia que no tiene partes negativas, pero se trata de una máscara. “Nosotros ya hablamos con el Ministerio de Salud y lo único que nos dicen es que ellos no pueden hacer nada”, relata otro usuario. La pregunta inmediata es ¿si no es el Ministerio de Salud el ente que vela por el servicio que se brinda a las personas con VIH en El Salvador, entonces quién es el responsable? Si el Ministerio de Salud solo se encarga de velar por la atención integral en la zona central del país, ¿cómo podemos pensar en una atención integral igualitaria para todos y todas?

La famosa frase “Unir, crecer, incluir” que repite el gobierno de El Salvador no parecería aplicarse aquí. Lo que vemos, más que unión, crecimiento e inclusión, es un desinterés no solo por los recursos humanos sino por la infraestructura, por el espacio físico en el que son atendidos los usuarios de los hospitales.

“Justo para las grandes mayorías”, otra de las resonantes frases gubernamentales. En San Francisco Gotera, departamento de Morazán a 169 kilómetros de la capital, las personas con VIH son atendidas a la intemperie, muchas veces frente a otros usuarios. ¿Esto es algo “justo”? El irrespeto por los derechos humanos de las personas con VIH es constante, y tristemente es el mismo personal de salud, que en teoría recibe capacitación especial, el que comete actos de discriminación.

Sin duda en El Salvador estamos muy lejos de brindar una atención integral a las personas con VIH. Falta incrementar los recursos humanos y trabajar en la calidad y la calidez de la atención, respetando los derechos humanos de las personas con VIH. ¿Dónde está la unión, dónde queda el crecimiento y dónde dejamos la inclusión? Algo que debería ser justo para las grandes mayorías…

País: El Salvador

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Luis Martinez

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