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Tratamiento 2015: cinco desafíos que enfrenta Honduras

Por Gabriela Caballero Perdomo. A menos de 1,000 días para la evaluación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, Honduras presenta serios desafíos para lograr avanzar hacia la meta para detener el sida y revertir su impacto.

Por Gabriela Caballero Perdomo.

El Tratamiento 2015 es una iniciativa global basada en resultados que fomenta el uso de herramientas probadas y lecciones aprendidas para llevar el tratamiento del VIH a mayor escala, hacia el acceso universal. En el marco de esta iniciativa, se presentan para Honduras grandes desafíos:

  • Detectar el estado serológico para ampliar con rapidez el tratamiento del VIH

Desde 1985 hasta diciembre de 2011 se reportaron 30,026 personas infectadas con VIH en el país, de los que 21,561 fueron diagnosticadas en etapa SIDA y 8,465 por VIH.

El primer paso que debemos dar es lograr que las personas conozcan su estado serológico. Todas las personas que viven con VIH y que aún no lo saben, deben tener  acceso a pruebas diagnósticas que se realizan en los establecimientos de salud del país, sean públicos o privados; con atención de calidad.

En Honduras, a mitad del año 2012, el 60% de las personas que viven con VIH se encontraban sin su respectivo tratamiento, la mayoría de ellas por  no conocer su estatus serológico.

  • Detener la transmisión del VIH a través del inicio oportuno e ininterrumpido de tratamiento antirretroviral

El efecto preventivo de la terapia antirretroviral es real. El doble beneficio de los antirretrovirales es salvar la vida de las PVVS y, a la vez, reducir la transmisión del virus.  En Honduras la cobertura del tratamiento antirretroviral apenas alcanza al 40 y 50% de las personas que lo necesitan y, de ellas el 25% lo abandona porque dudan de la calidad de los antirretrovirales, por los efectos adversos, por situaciones vinculadas al estado de ánimo (depresión) o, en algunos casos, por las dificultades para trasladarse hasta un Centro de Atención Integral (CAI).

También es importante tener en cuenta que el conteo de linfocitos CD4 no siempre está disponible y tampoco el resultado de carga viral. Si bien no todas las personas con VIH necesitan iniciar tratamiento, el recuento de células CD4 en conjunto con el análisis de la carga viral ayuda a calcular cuándo iniciar el tratamiento antirretroviral, de tal manera que se eviten infecciones oportunistas. Sin estas pruebas, será difícil pensar en ampliar el tratamiento antirretroviral a más personas que lo requieran.

Algunos documentos y organizaciones de sociedad civil han evidenciado la necesidad de brindar apoyo nutricional a las personas, terapia familiar y acompañamiento psicológico o espacios amigables que ayuden a enfrentar la situación de la infección de tal manera que se asegure la retención de las PVVS y logren la supresión duradera de la carga viral. 

  • Crear demanda al tratamiento y mejorar la calidad de la oferta, sin estigma ni discriminación

En Honduras, más del 91.6% de las personas con VIH su vía de transmisión fue por contacto sexual. En la mayoría de los casos, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres presentan mayor riesgo a la infección por VIH, lo mismo que las personas transgénero, seguidas por los usuarios de drogas inyectables, las trabajadoras sexuales y sus clientes, las personas seronegativas en parejas serodiscordantes y las personas inmigrantes.

Para crear demanda debe mejorar la oferta; si esta oferta de servicios en salud estigmatiza y discrimina a las personas que viven o están en mayor riesgo a la infección, sin respetar sus derechos fundamentales, es muy probable que continúe el abandono del tratamiento.

  • Usar eficaz y equitativamente los recursos disponibles

La terapia antirretroviral en Honduras empezó en 2002 en cuatro centros piloto para la atención integral de personas que viven con VIH, tres en Tegucigalpa y uno en San Pedro Sula.

Siempre ha sido notoria la inequitativa distribución de los recursos. El país tiene 37 Centros de Asistencia Integral (CAI) que brindan tratamiento y atención para personas con VIH; sin embargo no todos los CAI ofrecen pruebas de conteo de CD4 y carga viral, por lo tanto, las personas deben viajar a diferentes ciudades para recibir estas pruebas.

Los CAI de la capital, Tegucigalpa, son considerados como los que proveen mejor atención médica debido a que la mayoría de recursos de salud se encuentran concentrados ahí; esto significará que los pacientes tengan que pagar transporte para viajar largas distancias desde pueblos pequeños u otras ciudades distantes para recibir atención adecuada.

  • Considerar el acceso a la prueba como parte importante de la prevención

Aunque con el pasar del tiempo Honduras ha ido creando más centros a nivel nacional para lograr mayor cobertura del tratamiento, la prioridad en innovación debe estar enfocada en propiciar programas preventivos y de educación sexual a temprana  edad.

El país ha aumentado en 60% el acceso a pruebas rápidas y el Programa de Prevención de la Transmisión madre-hijo/a del VIH ha sido implementado en las 20 regiones sanitarias. Sin embargo, es necesario afianzar las estrategias para acercar la prueba diagnóstica a las personas.

Las cifras alarmantes reflejan los desafíos que Honduras debe superar: más personas que detecten su estado serológico, con plena comprensión de la  importancia de hacerse la prueba y de recibir tratamiento antirretroviral sin interrupción, que hayan más antirretrovirales disponibles para las personas que lo necesitan para reducir la transmisión del VIH y las muertes relacionadas con el sida y que existan mejores condiciones y más recursos para proveer servicios de salud sexual amigables.

Honduras no puede esperar al año 2015 para poner en marcha grandes acciones para detener la epidemia; no puede esperar para hacerle frente al VIH.

País: Honduras

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